domingo, 15 de febrero de 2004

¿Dónde está la izquierda?

Esta semana hemos contemplado dos hechos que dejan entrever cuál es la situación de la izquierda en nuestra ciudad, por un lado el candidato de Izquierda Unida arremetía en el inicio de su campaña contra el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), acusándolo de acomodaticio y vendido al Partido Popular (PP), obteniendo puestos de trabajo por nepotismo, acusaciones tan graves que acabarán en el Juzgado. Por otro lado, el líder de un partido extraparlamentario arremetía en su columna semanal en el decano, con una vehemencia inexplicable, contra el mismo partido, insultando, no sólo a su dirección, sino a toda su militancia por no tender hacia la unidad de la progresía.

Sobre el primero, cualquier comentario sobra, una persona que ni siquiera reside en nuestra ciudad y de quién desconocemos qué intereses defiende y de quién obtiene sus recursos, el sólo se descalifica en este debate. Únicamente debe respondernos cuál es el futuro que desea para nuestra ciudad, si el de continuar en la senda constitucional o acudir a la Célula de Reflexión que promovía el anterior monarca alauita. Y antes de acusar a nadie, Sr. Llodra, haga un acto de conciencia sobre su vida y vea si realmente está limpia como para poder imputar a alguien un delito, pues eso es lo que usted ha hecho y creo que su conciencia no está muy limpia.

El Sr. Aróstegui desde su infalible ideología nos llama a la unidad de la izquierda para crear un proyecto político solvente, creíble y convincente que sea capaz de arrebatar la hegemonía que ostenta el PP. Desde su posición inmovilista decide que la unión de la progresía debe realizarse sobre la base de tres condiciones: novedad, pluralidad e integración. En eso creo que todos los que nos sentimos de izquierda estamos de acuerdo. Que sea nuevo, por lo que, para empezar, debería asumir la derrota que las urnas le han otorgado elección tras elección y abandonar su postura de líder carismático y marcharse a su casa; que sea plural, no se puede exigir pluralidad queriendo imponer sus ideas; e integrador, lo único que no transpira su escrito es integración, sus palabras rezuman rencor y odio, lo que pretende con su panfleto, permítame el calificativo, es aniquilar y desprestigiar a su adversario político, no integrar a nadie en un proyecto.

Creo que debería mostrar un poco más de respeto por los afiliados del PSOE quienes, de una forma u otra, han elegido a sus candidatos siguiendo las normas que marcan sus Estatutos, a los que usted alaba en otras cosas para intentar volver a ese partido. Ellos equivocados o no han sido libres para refrendar la propuesta de su ejecutiva. Y si hacemos comparaciones, Sr. Aróstegui, debería hacer una buena reflexión sobre el funcionamiento de su partido, que más se asemeja a una secta que a un partido democrático donde reine la libertad de expresión. No creo que sea el más adecuado para dar lecciones a nadie ni de descalificaciones, ni de insultos de los que usted en sus escritos semanales hace uso y abuso, ni tampoco creo que sea el más apropiado para valorar a las personas que en su momento tuvieron responsabilidades en el PSOE y que de una forma u otra las dejaron, su “independencia” debería hacerle pensar por qué lo hicieron, si no puede preguntarlo, creo que nadie le negará esa respuesta.

Para distancia de la sociedad, la suya Sr. Aróstegui, que ni siquiera ha podido obtener representación en la Ayuntamiento de nuestro pueblo y no culpe, como siempre hace, a la manipulación de los medios de comunicación (de la que usted es un experto) o a las visitas de ministros y cargos oficiales diciendo que Ceuta es España, quizás si hiciera un poco de autocrítica se daría cuenta que es usted el que no conecta con sus conciudadanos.

También son muchos sus fieles que añoran esa posibilidad de diálogo para crear un proyecto de unidad, pero su soberbia, su egocentrismo y su irreflexión le hacen incapaz de dar su brazo a torcer ante la posibilidad de perder su altar donde es adorado. Cuente las ocasiones en que el PSOE le ha tendido la mano a su partido para iniciar ese camino en común, no en función de personas que es lo que usted desea, sino sobre la base de ideas y proyectos que creen esa unidad que, precisamente ahora en campaña electoral, viene reclamando y verá que sólo usted es el culpable Sr. Aróstegui.

Reflexione, no por el bien de la izquierda de esta ciudad, sino por su equilibrio psicológico, porque no se puede soñar con la victoria de un gobierno de la derecha para castigar a su adversario, desde una posición que usted considera de “izquierdas” sólo conseguirá que este país, España, siga teniendo una política que castiga a los más desfavorecidos. Libérese de sus prejuicios y avanza hacia ese proyecto de unidad con ideas, proyectos y sobre todo confianza en el futuro. En ese camino estaremos juntos.

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